El CEO de Coinbase, Brian Armstrong, expresó recientemente su preocupación por la falta de claridad regulatoria durante un evento de la Semana Fintech en Londres, lo que planteó la posibilidad de trasladar las operaciones de la compañía fuera de los EE. UU.
El marco regulatorio incierto y la actitud poco acogedora de los legisladores hacia el sector de las criptomonedas en los EE. UU. han generado preocupación para empresas como Coinbase. Estos factores los han llevado a considerar la posibilidad de trasladar sus operaciones a jurisdicciones con entornos más favorables fuera de los EE. UU.
Durante un evento reciente de la Fintech Week en Londres, el director ejecutivo de Coinbase, Brian Armstrong, expresó su preocupación por el entorno regulatorio poco claro en los Estados Unidos.
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Como actor importante en el criptomercado de EE. UU., Coinbase no ha podido capitalizar por completo las dificultades experimentadas por su competidor, Binance. Esto se debe a los desafíos regulatorios más amplios que afectan a todo el sector.
“Estados Unidos tiene el potencial de ser un mercado clave para las criptomonedas, pero en la actualidad carecemos de la claridad regulatoria requerida. Si esta claridad no se logra en los EE. UU. en los próximos años, es posible que debamos considerar centrar nuestras inversiones en otras regiones del mundo”.
Brian Armstrong, CEO de Coinbase.
A pesar de enfrentar obstáculos regulatorios, las acciones de Coinbase han demostrado una resistencia notable. Se ha ganado un lugar entre las acciones de gran capitalización con mejor desempeño este año, incluso después de que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) emitiera un aviso de Wells.
El desarrollo del sector de las criptomonedas en los Estados Unidos se ve obstaculizado por el entorno regulatorio ambiguo y el enfoque antagónico de los legisladores.
A medida que empresas como Coinbase evalúan la opción de trasladar sus operaciones a jurisdicciones más receptivas, es crucial que el gobierno de EE. UU. reconozca la necesidad de regulaciones más definitivas y una actitud más amigable hacia el criptomercado.
Si no se abordan estas preocupaciones, los EE. UU. pueden perder su posición como líder mundial en el panorama de las criptomonedas altamente competitivo y en rápida evolución.