La moneda digital del Banco Central de Rusia (CBDC) podría lanzarse antes de que acabe 2023, según ha afirmado el Gobierno.
Según Lenta.ru, 19 bancos rusos colaboran actualmente con el Banco Central en la última fase de pruebas del rublo digital ya que Moscú quiere acelerar el despliegue de su CBDC en un intento de desdolarizar el comercio internacional.
Es por ello que el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov, dijo que el rublo digital «se pondrá en circulación antes de finales de 2023«. No explicó si la puesta en circulación sería a escala nacional o tendría lugar en varias etapas, como ha ocurrido en China.
El ministro dijo:
El Banco Central ya ha puesto en marcha una prueba piloto este año. Y a finales de año, tras la aprobación de la legislación pertinente, [el banco] pondrá en circulación el rublo digital.
El CBDC ruso: ¿qué espera conseguir Moscú?
El ministro afirmó que el rublo digital se convertirá en una herramienta «transparente y fiable«, ya que permitirá a los usuarios «seguir todas las transacciones y controlar el gasto»; y añadió que el fiat digital «se utilizaría en liquidaciones transfronterizas«.
Rusia ha sufrido perturbaciones en sus redes comerciales como consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos y la UE. Es por ello que la realización de esta medida se hace con el fin de «excluir la interferencia de partes no amistosas en las transacciones con los socios», afirmó el ministro.
Pero Siluanov afirmó:
El [CBDC] es un sistema de pagos que carece de restricciones. Dos Estados pueden utilizarlo para negociar y hacer sus propios cálculos. Y ningún otro país puede meter las narices ni congelar estos cálculos
Los políticos rusos llevan varios años hablando de desdolarizar el comercio y han afirmado que las stablecoins y los fiats digitales respaldados por el Estado pueden ayudarles a conseguirlo.
Los diputados han declarado recientemente que esperan presentar dos proyectos de ley relacionados con las criptomonedas en junio. Esperan legalizar la minería industrial de criptomonedas y permitir el uso limitado de criptomonedas como herramienta de pago en los acuerdos comerciales internacionales.