Averiguar el sentimiento general hacia los juegos Web3, también llamados «juegos blockchain», puede ser complicado. Por un lado, hay noticias de empresas que están redoblando sus inversiones en NFT dentro del juego, mientras que, por otro, se habla de la resistencia de los desarrolladores a la nueva tecnología y de las quejas de los jugadores por las elevadas cuotas de entrada a los juegos «play-to-earn». Las opiniones sobre los juegos Web3 están divididas, pero si hay algo seguro es que el progreso y el lugar de blockchain en el futuro de los juegos es inevitable.
La mayoría de la generación Z afirma que le gustaría ganar dinero con Web3, por lo que cada vez está más claro que los juegos con blockchain no son una moda pasajera, sino los cimientos de una nueva generación de juegos y oportunidades para jugadores y creadores en la economía digital.
Quienes se oponen a los juegos Web3 no ven que no se trata sólo de comprar un token no fungible o de conseguir objetos virtuales premium para presumir. La tecnología Web3 facilita nuevas y emocionantes experiencias en los juegos, y existen innumerables posibilidades para que los estudios utilicen estas nuevas tecnologías para mejorar el compromiso y la satisfacción de los jugadores.
Panorama actual de los juegos
Los estudios de juegos emergentes son muy conscientes del potencial de Web3 para mejorar la experiencia del jugador mediante posesiones multiplataforma, activaciones metaversales y la creación de auténtico valor económico. Sin embargo, las empresas de juegos tradicionales parecen tener dificultades para adoptar e implantar estos conceptos en sus juegos. Para replicar el éxito de las startups de Web3 y superar los obstáculos que encuentran los estudios establecidos, es esencial evaluar a fondo el entorno actual, formular una estrategia y aplicar ideas innovadoras.
GameFi, que existe en el espacio de juegos Web3 y permite a los jugadores ganar criptomonedas jugando, puede ser un concepto difícil de aplicar porque requiere una comprensión significativa de las cadenas de bloques, protocolos, desarrolladores cualificados y la participación de los usuarios. Por lo general, GameFi se basa en blockchain, NFT y contratos inteligentes para los activos del juego. Las NFT, que permiten a los jugadores poseer e intercambiar activos virtuales dentro del mundo virtual, son una de las implementaciones Web3 más populares y utilizadas en los juegos de hoy en día.
Jugar
Alien Worlds es un gran ejemplo de implementación de GameFi. Es uno de los juegos de blockchain mejor valorados, con más de 240.000 monederos activos únicos, y permite a los usuarios intercambiar cartas del juego como NFT. Pero también ofrece una experiencia de juego inmersiva que va más allá del juego tradicional. Los jugadores pueden ganar Trilium, una moneda del juego que puede utilizarse para participar en organizaciones autónomas descentralizadas llamadas «Planet DAOs». Al utilizar sus fichas de Trilium en estas organizaciones autónomas descentralizadas, los jugadores pueden votar en eventos del juego, crear minijuegos dentro de Alien Worlds e incluso elegir un custodio planetario. Todas estas acciones se registran en la inmutable y transparente blockchain, garantizando una total imparcialidad y transparencia. (Ni la autora ni su empleador tienen relación alguna con Alien Worlds).
Elaborar una estrategia bien planificada que incluya un sistema de gobierno en el que los jugadores puedan participar, así como la posibilidad de comerciar y ganar, puede desbloquear multitud de oportunidades para aprovechar la tecnología Web3 y liberar el verdadero potencial de los juegos Web3. Sin embargo, para lograrlo hace falta algo más que centrarse en las compras dentro del juego. También requiere un nuevo modelo para la economía dentro del juego, que tenga en cuenta los beneficios y retos únicos de la tecnología blockchain.
Economía del juego
En el mundo de los juegos Web3, el modelo play-to-earn (P2E) ha ganado una popularidad significativa. Axie Infinity, que se lanzó en 2018, desempeñó un papel importante en la popularización de este modelo. Sin embargo, la falta de un plan sostenible a largo plazo sobre cómo los jugadores pueden ganar activos en el juego con valor en el mundo real limita el potencial de P2E. El coste de entrada a los juegos más populares suele ser demasiado elevado, ya que los jugadores deben realizar una inversión inicial para sostener la economía dentro del juego. Unas estructuras económicas innovadoras dentro de los juegos que permitan a los jugadores asignarse tareas y trabajos unos a otros podrían revolucionar nuestra forma de pensar sobre la P2E. Imagina un rico mundo Web3 en el que los jugadores puedan explotar plenamente negocios o mercados gestionados por ellos.
Para crear juegos Web3 de éxito, es esencial un enfoque estratégico, ya que la competencia en este campo se intensifica. Los jugadores exigen ahora entornos inmersivos con mecánicas de juego complejas en las que las fichas y los NFT tengan un valor inherente dentro del juego. Los diseñadores deben tener en cuenta el enfoque a largo plazo mediante la creación de una estrategia global que planifique cómo los tokens del juego conforman el viaje del jugador y el valor que aportan. Los jugadores pueden utilizar sus fichas para avanzar en su progreso y contribuir a un sistema económico dentro del juego. Aprovechando Web3 y blockchain, los diseñadores pueden implementar contratos inteligentes, DAO y criptomonedas para dar vida a su visión.
Perfeccionar la experiencia de juego
Adoptar Web3 representa una gran oportunidad, especialmente si se tiene en cuenta el crecimiento previsto del mercado, que se espera que alcance los 65.700 millones de dólares en 2027 desde su tamaño actual de 5.000 millones de dólares. Para prosperar en este mercado en expansión, los estudios de juegos deben comprender plenamente el potencial de la tecnología Web3, colaborar con un equipo de desarrollo Web3 estratégico y diseñar meticulosamente una experiencia de usuario cautivadora. Estos pasos son esenciales no sólo para sobrevivir, sino también para ascender en la industria del juego Web3, ferozmente competitiva y en constante evolución.